La carta que nunca supo que existía
Junto a la llave había un trozo doblado de papel amarillento, delicado por el paso del tiempo. Las manos de Marie temblaron al desdoblarlo. La carta, escrita con el familiar garabato de su padre, empezaba así: “A mi queridísima Marie, si estás leyendo esto, es que ya no estoy contigo” Se le hizo un nudo en la garganta al leer las palabras. Hablaba de arrepentimientos, de cosas no dichas. Pero entonces, su tono cambió: “Hay algo que debes saber sobre nuestra familia. Lo he mantenido oculto durante años”
El misterio de la llave
Marie se quedó mirando la carta, con las crípticas palabras de su padre atormentando sus pensamientos. ¿Qué había ocultado? ¿Qué abría la llave? Giró la pequeña llave de latón en la mano, estudiando su forma. No era la llave de una casa ni la de una caja fuerte. Parecía antigua, casi de otra época. No tenía ni idea de a dónde pertenecía ni de lo que revelaría. Su mente bullía de posibilidades, cada una más inquietante que la anterior.